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Lo que pasa en los baños, ¿se queda en los baños?

Lo que pasa en los baños, ¿Se queda en los baños?


¿Quiere que se la chupe? Con  esta pregunta me anonadó un chico en un baño público de un centro comercial hace unos años. «Es un trabajador sexual», pensé y salí de allí; no sin antes decirle No, gracias, cómo si de un vendedor ambulante se tratara. Desde entonces, cada vez que me paro en un orinal público trato de no demorarme tanto. Me incómoda la idea de que me puedan ofrecer servicios sexuales. Me intimidan ese tipo de preguntas.

Tiempo después reflexioné, y caí en cuenta que quizá no era un trabajador sexual, sino solo un tipo que
quería hacer cruising.

 El cruising es cualquier  práctica sexual que se realice en lugares públicos y generalmente con desconocidos.
El cruising puede considerarse como una de las máximas expresiones de liberación sexual que pueden disfrutar las personas,
y aún más las reprimidas sexualmente. Una práctica peligrosa pero al mismo tiempo excitante. Aunque no distingue  de orientación sexual,
ni género, es cometida generalmente por hombres. Unos van directo al grano: ya saben lo que quieren y se ponen en función de encontrarlo,
ya sea con miradas indiscretas, gestos obscenos, o preguntas que lleven a la reflexión como "¿quiere que se la chupe?".
Otros  lo encuentran en el camino, entran a un baño público por una necesidad fisiológica, y salen con una satisfacción sexual que no sabían
que deseaban. Los más recatados conocemos la práctica pero la tratamos de esquivar; también  están los que transitan esos espacios públicos
por casualidad, y nunca se percatan de lo que sucede allí. La mayoría de los que lo experimentan son solo mirones, exhibicionistas, o morbosos
que encuentran placer en la desnudez de un cuerpo ajeno.


Plazoleta Jairo Varela. Sitio público turístico de Cali. En sus baños se presenta el fenómeno de cruising durante todo el día, pero con más frecuencia

en el horario de la noche, cuando los guardas y aseadores ya se han ido.




En los baños de la plazoleta Jairo Varela, los guardas de seguridad, y el personal de aseo se esfuerzan constantemente por mantener el control,

entrando constantemente al interior de los baños para asegurarse que todo se encuentre en orden. Esto lo hacen con el fin de que como ellos lo llaman,

“no se cometan obscenidades”. Por otro lado, los que lo practican el cruising lo ven como un acto de liberación sexual que rompe toda imposición social

que sataniza la sexualidad de la sociedad en general, y especialmente la de los homosexuales.


 Desde el primer caso de cruising registrado en 1810 en un baño de un bar londinense, este fenómeno no se ha podido erradicar de la sociedad.

Se realiza en todo tipo de espacios públicos: baños, parques, duchas, parqueaderos, reservas naturales, etc; siempre tratando de evitar los lugares

concurridos por niños. Los sitios donde el nudismo se presenta con normalidad es donde es más fácil realizar esta acción, un ejemplo de ellos son

las duchas de gimnasios, piscinas, vestidores, ríos, etc.


El contacto visual juega un papel importante en el cruising, pues es el principal lenguaje de comunicación, ya sea para aceptar una propuesta,

o rechazarla; por lo general los hombres que no están interesados en esta acción simplemente bajan la mirada y no tardan mucho tiempo en estos sitios.

Si ves una persona rondando un parque por mucho tiempo, o tardando más de lo normal en los baños públicos, probablemente esté buscando cruising.




Interior de los baños de la plazoleta Jairo Varela. Cuenta con 5 sanitarios(1 para discapacitados), 3 orinales, y 3 lavamanos. Nunca hay implementos

básicos de aseo como jabón ni papel higiénico.


Unos cuántos días atrás, mientras hacía el reportaje para esta inspección, visité los baños de la plazoleta Jairo Varela. Era un día entre semana,

así que el tránsito de personas era poco. Eran alrededor de las 8 de la noche, y algunos de los locales alrededor  estaban cerrando sus puertas.

Ya me había fijado que la seguridad se había disminuido, y la presencia de aseadores era nula. Entré con la intención de saber cómo funcionaba

el cruising, y que sorpresa me podía llevar.


 El baño estaba completamente solo, algunas paredes, y puertas contenían pequeños grafitis o rayones. Algunos con insultos infantiles, y otros

cuantos con nombres que podrían ser de bandas criminales. Una característica especial de la plazoleta es que puede ser transitada por cualquiera,

desde personas en condición de calle, hasta extranjeros que se estén hospedando en el barrio Granada. 


Después de una corta inspección me fijé que entró un hombre directo a los orinales, era un tipo joven, de aproximadamente 30 años. 

El cruising no tiene distinción de edad, puede ser una acción cometida por chicos jóvenes que pareciera no alcanzan la mayoría de edad, como

también por señores muy mayores. El hombre tenía  una mirada extraña, y mientras yo me hacía el que me lavaba las manos quemando tiempo,

nuestros ojos  no se desviaban el uno del otro. 

–Hola– dijo el tipo.

–Hola– le respondí un poco nervioso mientras trataba de sacar jabón del dispensador que siempre ha estado vacío.

–¿Cómo te llamas?–me preguntó mientras su mirada se volvía más intimidante.

–Alejandro, ¿y tú?– le respondí como si de una conversación normal se tratara.

–Andrés– me contestó mientras movía su mano de una manera extraña, era su forma de llamarme para realizar un acto sexual– Ven 

Me quedé callado, mientras seguía suponiendo que lavaba mis manos.

–Venga, que lo que pasa en los baños se queda en los baños.



El cruising sucede generalmente en los orinales, porque es donde más fácilmente se hace contacto visual. Los baños de la plazoleta

Jairo Varela funcionan las 24 horas del día, aunque pueden ser bloqueados inesperadamente por cualquier motivo. El aseo general se hace

de 11 a 11:30 A.M y se cierra en ese lapso de tiempo todos los días.


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